Close

10.3 MÁS INFORMACIÓN - TIERRAS NATURALES

Nuestras tiendas

Nuestras tiendas

Calle Monturiol, 9, 28906 Getafe, Madrid

10.3 MÁS INFORMACIÓN - TIERRAS NATURALES

10.3 MÁS INFORMACIÓN - TIERRAS NATURALES No hay productos en esta categoría

Tierras naturales

Las tierras son pigmentos preparados moliendo minerales con hierro. Normalmente contienen una mezcla de óxidos de hierro y otros materiales como arcilla, cal, sílice, óxido de manganeso (pirolusita) y otros minerales. Los colores varían del amarillo al rojo o del marrón al negro dependiendo de la cantidad y calidad de impurezas. Un porcentaje de pirolusita, por ejemplo, confiere a las tierras unos tonos oscuros como en el caso de las sombras, mientras que la preponderancia de hematita (Fe2O3) produce un tono rojo ladrillo. Las tierras verdes tienen una composición y derivación similar a la de las demás, pero su contenido de hierro(II), de tono verde botella, y de cal hace variar el color entre el verde oscuro apagado y el verde claro que tiende al gris.

En el arte las tierras rojas y amarillas se han utilizado desde la prehistoria y las mencionaron con términos diferentes desde Vitruvio, Plinio, pasando por el monje Theophilus hasta Cennino Cennini. Entre los primeros hallazgos de estos pigmentos se puede recordar la cueva de Nioux en los Pirineos (Paleolítico Superior), donde un artista primitivo trazó la figura de un animal silvestre con tierra mezclada con feldespato potásico, para lograr una mejor adhesión a la roca desnuda.
Las tierras son pigmentos extremadamente estables, especialmente las que tienen pocas impurezas, y son insolubles en álcalis y parcialmente solubles en ácidos, liberando la arcilla como cuerpo de soporte. La efervescencia que se produce en ácido se debe a la presencia de carbonatos.  

Tierras Amarillas 

En el Renacimiento tardío y Barroco los ocres amarillos (o tierras amarillas) se utilizaron mucho en las pinturas al óleo por su tono dorado que contrastaba bien con los marrones oscuros (como las sombras que se describen más adelante) y los negros; el estilo del período apostaba por el contraste claroscuro con efecto “escenográfico” y dramático, donde la figura se resaltaba con la luz “dorada” que rasgaba el fondo tenebroso. Piénsese en un cuadro de Caravaggio o Rembrandt para comprender la potencialidad de esta combinación de tierras doradas y oscuras. Los ocres son compuestos más o menos impuros, que también contienen sustancias orgánicas como betún y sustancias húmicas. A menudo estas impurezas son las que le dan un tono vivo al pigmento. Si se calcinan, las tierras amarillas pierden agua y se obtienen las tierras rojas (u ocres rojos). Los ocres amarillos y claros utilizados en la pintura al óleo requieren como media del 15-35% al 60% de aglutinante. El color de las tierras amarillas se debe a la presencia de hidróxido de hierro(III) (Fe(OH)3), mineralógicamente conocido como goethita, asociado a minerales arcillosos. El contenido de este compuesto varía entre el 15-20% y el 60-70%; esta composición variable posibilita la existencia de numerosos ocres amarillos, de tonos más o menos dorados y, a diferencia de las tierras de Siena, a veces tienen un matiz verdoso.  

Tierras Rojas 
Los ocres pardos o rojos son quizás los pigmentos más utilizados en el arte. Gracias a la abundancia de hematita, estos pigmentos están por doquier. Una famosa tierra roja, ampliamente utilizada en la Edad Media y el Renacimiento, fue la sinopia que tomó su nombre de la antigua ciudad de Sinop en el Mar Negro. Su utilización fue tan extendida que sirvió para denominar uno de los pasos del fresco, es decir la fase en que el artista trazaba precisamente con esta tierra el dibujo preparatorio sobre el cual luego se aplicaba el enlucido. Las tierras rojas se encuentran a menudo en las regiones volcánicas como producto de descomposición. Los ocres pardos o rojos requieren como media un 40% de aceite. El color de las tierras rojas (ocres rojos) es atribuibles esencialmente a la presencia de hematita, sesquióxido de hierro(III) (Fe2O3), normalmente asociado a minerales del grupo de las arcillas y en parte a compuestos silicatados amorfos. Las tierras rojas también se pueden obtener por cochura de tierras amarillas a una temperatura de 200-300°C.  

Tierras de Siena 
Estas tierras, procedentes de Siena (Toscana), se encuentran en estado natural también en la provincia de Roma y en Alemania, y ya eran conocidas por Egipcios y Romanos. Fueron uno de los pigmentos más de moda en el Renacimiento florentino. Las tierras de Siena son especiales tipos de ocre, que contienen hasta el 50-60% de goethita o hematita y hasta el 1% de un mineral oscuro, compuesto por dióxido de manganeso (MnO2), llamado pirolusita. También contienen ácido silícico. Estas tierras requieren muchísimo aceite (aproximadamente el 180% para la variedad tostada y más del 200% para la variedad natural) y por lo tanto se desaconsejan en masas oleosas, porque tienden a formar películas esponjosas. Las características químico-físicas son similares a los ocres amarillos y rojos, pero secan más rápidamente por la presencia de manganeso y carecen de matices verdosos.  

Tierras Verdes  
Las tierras verdes son especiales y mucho menos extendidas que las tierras amarillas y rojas. La composición de las tierras verdes (la verdeterra de Cennini) varía mucho según su origen y procedencia: las especies mineralógicas que determinan el color de estas tierras son principalmente silicatos hidratos de hierro(II), magnesio y álcalis. También contienen ácido silícico. Requieren aproximadamente el 100% de aceite, pero secan normalmente. El mineral glauconita ((K,Na)(Fe(III),Al,Mg)2(Se,Al)4O10(OH)2), por ejemplo, es el principal factor colorante de las tierras verdes de Niza y Nicosia, con un tono ligeramente más azulado que las tierras verdes comunes, cuyo color se debe a silicatos ferromagnesianos (principalmente celadonita, K(Mg,Fe(II))(Fe(III),Al)[Si4O10](OH)2) en general presentes en productos que derivan de la alteración de rocas volcánicas (tierras verdes de Brentonico y de la zona de Verona), con tonos más aceitunados.  

Sombras 
 
Estos pigmentos se introdujeron en Europa hacia finales del siglo XV. Durante mucho tiempo la palabra “Sombra” utilizada para estas tierras se consideró incorrectamente una derivación de “Umbría”, región de la que podían proceder. En realidad, la palabra “Sombra” indica la utilización de estos pigmentos como fondo muy oscuro y los sombreados en los cuadros barrocos (como ya se ha dicho para las tierras amarillas). La isla de Chipre fue la principal fuente de este pigmento (también como tierra de Turquía) y la mejor calidad se denomina precisamente Sombra Chipre, con un alto contenido de dióxido de manganeso (alrededor del 16%). Normalmente las sombras contienen hasta el 15% de dióxido de manganeso y es justamente este mineral el que confiere el color marrón muy oscuro. Las sombras secan mucho más rápidamente cuanto más manganeso contienen. Requieren al menos un 80% de aceite y se han utilizado en todas las técnicas pictóricas. Muchas sombras pueden tener un matiz verdoso, como los ocres amarillos naturales. Si se calcinan adquieren matices pardos rojizos (sombras tostadas) con las mismas características químico-físicas de las tierras naturales.   Por último, se pueden recordar las tierras artificiales, los llamados “colores de Marte”. Marte era el nombre de una marca de pigmentos fabricados artificialmente en el siglo XVIII, con una composición similar a las tierras naturales, desde siempre consideradas colores “marcianos” porque contienen hierro, el metal asociado desde la antigüedad al planeta rojo. Hoy en día todavía se pueden encontrar en el mercado tierras artificiales denominadas rojo de Marte, amarillo de Marte, violeta de Marte, pardo de Marte y negro de Marte. La composición química básica es análoga a la de los compuestos naturales, pero las tierras naturales son preferibles porque contienen impurezas que a menudo proporcionan viveza y plenitud al color.

ESTABILIDAD DE LOS COMPUESTOS
 
   
b_10-3_1.png
                                                                   ●●●● excelente            ●●● bueno                ●● regular                 ● escaso 


Fe(OH)3 = hidróxido de hierro (III) 
MnO2 = dióxido de manganeso
Al2O3 = sesquióxido de aluminio
Fe2O3 = sesquióxido de hierro
CaCO3 = carbonato cálcico
PRODUCTO:

Nota: al ser productos naturales, todas las tierras pueden contener impurezas de algún tipo.
Close