La humedad es el origen más importante de los deterioros que aparecen en la construcción, generando fenómenos de solubilización e iniciando el movimiento de las sales en la porosidad de los materiales de construcción. Además, con la repetición de los ciclos de aportación de humedad y posterior secado, se generan en muchos casos fenómenos de hinchamiento y contracción, con formación de microfisuras o desagregación de los materiales pétreos.
Las causas que pueden generar una aportación de humedad a las estructuras pueden ser diferentes:
1) Agua pluvial, agravada en el caso de las lluvias ácidas.
2) Infiltraciones de agua a través de las cubiertas o de los sistemas de desagüe (aleros) de los edificios.
3) Condensaciones superficiales o capilares del vapor de agua presente en el aire, especialmente donde hay nieblas frecuentes.
4) Infiltraciones de agua en estructuras en contacto con el suelo.
5) Ascenso capilar de estructuras apoyadas en el suelo.
En general un proyecto de restauración adecuado tendría que prever la eliminación de estas causas, por ejemplo:
• Con la realización de drenajes de piedra en seco u otras zonas de ventilación, para evitar fenómenos de condensación e infiltraciones.
• Aplicando un protector repelente al agua para solucionar el problema de la lluvia batiente.
• Inyectando unas resinas hidrorrepelentes en la base de la mampostería para impedir los ascensos capilares. Este tipo de intervención es difícil de llevar a cabo y su éxito es parcial, debido a las irregularidades morfológicas de las estructuras.
Sin embargo no es siempre posible conseguir un saneamiento óptimo, así que hay que acostumbrarse a convivir con el problema, enfrentándose al mismo con un planteamiento diferente.
En estos casos uno de los errores más frecuentes es la utilización de revoques hidrorrepelentes, a menudo llamados “antisal”. Estos revoques, casi siempre a base de cemento, contienen resinas sintéticas que impiden la penetración del agua en estado líquido: si el problema de la humedad no se soluciona en su origen, la consecuencia es que el agua se desplaza hacia otras zonas, a menudo generando un deterioro en zonas sanas hasta ese momento.
Si la humedad presente en las estructuras es debida a condensación o al ascenso capilar, la intervención de impermeabilización no sólo llega a ser inútil,
sino que puede resultar incluso perjudicial.
Al agua en estado líquido presente en la estructura, le cuesta incluso más salir, y tiende a acumularse en la zona de interfaz entre el material no tratado y la zona impermeabilizada, tanto si se trata de un mortero a base de cemento con aditivos como si se trata de un material protector hidrorrepelente, aunque sea transpirable.
Un ejemplo típico es una pintura mural realizada sobre una pared húmeda: el revoque circunstante, deteriorado, se retira y se repone con un revoque "antisal", sin haber solucionado el problema de la humedad de la mampostería. El agua presente en profundidad, con su carga de sales, se desplaza hacia las zonas más porosas, como las del fresco. Debido a la evaporación las sales se cristalizan, no sólo con la formación de eflorescencias en la superficie, sino también con un aumento de volumen dentro de los poros, con la consiguiente desagregación de las capas pictóricas. Además las sales cristalizadas son higroscópicas y acumulan agua en los puntos que se han ido formando, generando zonas más oscuras.
¡Esto nos indica cómo se puede transformar una intervención de restauración en un proceso destructor!
Una posible solución: PorodryUn planteamiento totalmente opuesto a los así llamados “revoques antisal” consiste en realizar un revoque macroporoso, con una estructura integrada por macroporos comunicantes a través de una red de capilares.
La consecuencia es una absorción de la humedad de la estructura hacia la superficie, gracias el efecto de aspiración de los capilares, y la posterior evaporación rápida del agua cuando alcanza los macroporos.
De hecho, en el interior de los capilares se puede tener agua líquida incluso con valores de H. R. inferiores al 100%, así que la reevaporación puede aparecer simplemente por el cambio de sección que se produce en los macroporos.
Un revoque macroporoso se puede conseguir simplemente añadiendo Porodry a la masa, tanto si se trata de un mortero a base de cal aérea (en este caso utilizando Porodry 5), como a base de cal hidráulica o de cemento (que habrá que desalinizar de todas formas, para evitar la ulterior aportación de sales), añadiendo Porodry 2.
A no ser que la alimentación de agua sea tan abundante como para compensar el aumento de evaporación, el revoque macroporoso conseguido con Porodry consigue disminuir la cantidad de humedad de las estructuras sobre las que se aplica. Incluso en situaciones que hacen que la estructura sobre las que se aplica el revoque permanezca húmeda, se mantienen las condiciones de anclaje del revestimiento.
Se puede aplicar tanto en las superficies interiores de muros en contacto con el suelo, bodegas o locales subterráneos, como en mamposterías que no están en contacto con el suelo afectadas por la acción combinada del ascenso capilar y de los efectos del agua meteórica.
Claramente tendrán un papel importante en los fenómenos de secado las condiciones de H.R. del aire alrededor de la estructura tratada. La velocidad del aire en la proximidad de las estructuras y los recambios de aire en los ambientes tratados, llevan a cabo por tanto una acción favorable para la resolución de dichos problemas.
Aplicación del PorodryAntes de la aplicación hay que proceder a quitar el revoque de la zona de revestimiento deteriorada, incluido el mortero presente entre las juntas. En caso de humedad debida a ascenso capilar la operación tiene que seguir hasta por encima del nivel máximo alcanzado por el agua en el transcurso de las diferentes estaciones.
Posteriormente limpiar las paredes mediante cepillado o con un chorro de agua, en todo caso procurando mojar bien la superficie.
Aplicar un chorro con mortero semilíquido de agarre integrado por arena, mortero hidráulico o cemento desalinizado e imprimación
PORODRY 1, al 2% del peso del aglutinante.
Posteriormente aplicar dos manos de revoque a base de arena y cal hidráulica o cemento desalinizado, adicionados en hormigonera con aditivo porógeno
PORODRY 2, al 0,4% del peso del aglutinante (envase de 200 g. cada 50 Kg de aglutinante).
EJEMPLO
Cal Lafarge NHL 3,5 50 Kg
Arena o polvos de mármol 150 Kg
Porodry 2 200 gr
Si queremos preparar un revoque a base de cal aérea (cal en pasta), mezclar en la hormigonera arena y cal, con aditivo porógeno
PORODRY 5 al 1% (500 g cada 50 Kg de cal).
EJEMPLO
Cal en pasta 50 Kg
Arena o polvos de mármol 100 Kg
Porodry 5 500 gr
En ambos casos hay que procurar mantener húmedo el revoque durante unos días. El secado superficial, de hecho, es tan rápido que si el revoque se secara demasiado rápido, podrían aparecer grietas.