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23.1 MÁS IMPORTANCIA - NMP ADIÓS!

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NMP adiós!  

Las continuas actualizaciones de las normativas europeas sobre la seguridad y el etiquetado nos obligan a veces a eliminar productos considerados hasta hace poco tiempo de baja toxicidad.
Cuando hace años se proponían como alternativas a la tóxica Dimetilformamida (DMF) los desconocidos Dimetilsulfóxido (DMSO) y N-Metil-Pirrolidona (NMP), el mundo de la restauración inició lentamente una operación de sustitución, que todavía hoy no puede decirse que haya terminado. La DMF tiene de hecho todavía su ámbito de “seguidores”.
Personalmente siempre he visto con simpatía el DMSO: a pesar del olor, muchos eran los estudios clínicos que atestaban el bajísimo nivel de toxicidad.
Quien quiera verificar las fuentes es suficiente que escriba sobre cualquier página de búsqueda las palabras “DMSO” y “dimethylsulphoxide” para obtener millones de referencias al uso como vector (o bien, disolvente de transporte, que se inyecta), para farmacias antitumorales.
No me convencía del todo la reducción de toxicidad del N-Metil-Pirrolidona, que había sido clasificado como solo Irritante (Xi), con frases de riesgo R36/38 “Irritante para los ojos y la piel”. Y también era nota inicial contraindicación relativa al feto toxicidad, referida ya en 1997 por Paolo Cremonesi.  

No obstante esto, dada su eficiencia al inflar o solubilizar resinas y barnices, se habían multiplicado las fórmulas de desbarnizadores que contenían N-Metil-Pirrolidona.
  

La última adecuación (30°) de la Comunidad Europea reclasifica el  N-Metil-Pirrolidona como Toxico (T), con el añadido de la frase de riesgo R61 “Puede dañar al feto”, representan por ello el problema de la feto toxicidad.
  

Este “retroceso” debería forzarnos a reducir el uso de este material, adoptando todos las posibles herramientas para reducir la inhalación, y sobre todo el contacto. De hecho, dada su baja volatilidad, el riesgo principal es el debido a la absorción cutánea: una gota de NMP caída sobre la piel, antes de poder completamente evaporar, penetra y se absorbe por el organismo.
Esta nota no debe hacer que teman a los que hasta ahora han usado este disolvente. Recordamos sobre todo para lo que ha sido introducido: sustituir la Dimetilformamida (afectuosamente llamada “dimetil”), esta si es una “bestia mala”. De hecho la DMF, además de ser seguramente feto toxica, puede hidrolizarse formando dietilamina, potencialmente cancerígena y altamente volátil.
Por tanto, podemos agradecer a NMP por los servicios prestados, y dejar la última botella en nuestro armario, en la balda,  “usar en casos extremos”……    

BIBLIOGRAFÍA:

Cremonesi Paolo, “Materiali e metodi per la pulitura di opere policrome” Manuale tecnico Phase (1997), p.59.
Cremonesi Paolo, “L’uso dei solventi organici nella pulitura di opere policrome” Il Prato (2000), p.36. 

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