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Introducción al papel Hanji
El papel Hanji es un material tradicional realizado en Corea por artesanos que llevan siglos transmitiéndose la técnica, y en el que se imprimió el Jikji, es decir el primer libro impreso con tipos metálicos móviles, en 1377. Esta fecha nos puede desorientar un poco, ya que estamos acostumbrados a considerar como fecha de nacimiento de la impresión con tipos móviles el año 1453, cuando Gutenberg realizó la primera Biblia. El Jikji es el más importante texto del budismo coreano, y la única copia existente llegó a Europa por medio de un coleccionista privado, que posteriormente lo donó a la Biblioteca Nacional Francesa donde, en 1970, lo volvió a descubrir una estudiosa, Ms. Park Peyong-Seon, y donde se sigue conservando a día de hoy. Desde el año 2001 el Jikji (en la “foto 1” abajo podemos ver la primera página de la reproducción anastática), es parte del listado “Memory of the World” de la Unesco. Dejando de lado las curiosidades históricas, nos volvemos a centrar en el papel Hanji, que posee todas las calidades para su uso en el ámbito de la conservación.Reproducimos aquí integralmente el excelente artículo de Paolo Calvini (Profesor de Química de los Soportes de Papel, de la Universidad Cà Foscari de Venecia), escrito para el Congreso que se celebró el 6 de Junio pasado en al Biblioteca Trivulziana del Castello Sforzesco de Milán, “Del Código de Leonardo al descubrimiento del Jikji: una inédita alianza entre Corea e Italia para la excelencia en la restauración sobre papel” en el ámbito del workshop impulsado por el Consulado General de la República de Corea sobre la conservación del papel. El artículo se publicó en el número 6/2014 de la revista online ARTLAW, por Gianfranco Negri-Clementi y Silvia Stabile.
Notas acerca del uso del papel oriental en la restauración de libros y documentos.
En el trienio 2005-2008 el Instituto Central para la Patología del Libro, el Centro de Fotorreproducción, Encuadernación y Restauración de los Archivos del Estado (recientemente unificados en el Instituto Central para la Restauración y la Conservación del Patrimonio de los Archivos y de los Libros) y la Biblioteca Nacional Central de Florencia han redactado un Pliego Especial Técnico para estandarizar los procedimientos de restauración de los libros y de los documentos.
Mediante la Directiva del 23 de Abril de 2008 el Secretario General, el Ministerio de los Bienes y de las Actividades Culturales adoptó el Pliego para las Licitaciones de externalización de la restauración de dichos bienes.
En el Pliego aparece a menudo el término "papel japonés" para indicar el material fibroso a emplear en la restauración manual de papeles o pergaminos desgarrados o incompletos. A falta de directivas específicas, es claramente evidente que dicho término indica un tipo de papel genérico disponible a nivel comercial, y no se refiere a un producto preparado específicamente para cumplir con los requisitos de permanencia y durabilidad requeridos en un sector delicado como él de la restauración de los documentos de importancia histórico-artística. En cuanto al cumplimiento de dichos requisitos, es oportuno recordar que los Conservadores de soportes de papel en el pasado han tenido un largo trabajo de mediación entre las exigencias de las industrias papeleras y las necesidades de los Bibliotecarios y de los Archivistas para alcanzar la producción y el control de calidad de papeles destinados a durar en el tiempo, un trabajo que ha llevado a las Normas UNI 1032, UNI 1033 e ISO 9706 (Information and documentation - Paper for documents - Requirements for permanence). Estas normas requieren un mínimo de características físico-químicas: que los papeles para documentos tiene que tener (buena resistencia mecánica, pH no ácido, reserva alcalina, bajo contenido de lignina, resistencia a la oxidación), pero no entran detalladamente en la composición del material. Por ejemplo un papel a base de pasta de madera tratado químicamente para la eliminación de la mayoría de la lignina, con encolado alcalino a base de AKD (dímeros alquilceténicos) y adicionado de Caolín puede fácilmente cumplir con los requisitos establecidos por las Normas. Claramente un buen papel oriental (Japonés, Coreano o Chino) sin encolado alcalino y sin caolín, pero que contenga Carbonato de Calcio, puede cumplir con los mismos requisitos.
Ya en los años '80 el Laboratorio de Tecnología del Instituto Central de Patología del Libro [1] y el American Institute for Conservation [2] habían examinado diferentes muestras de papel japonés con las técnicas analíticas establecidas por las Normas UNI e ISO, con la adición de ulteriores análisis (gramaje, composición fibrosa, porcentaje de cenizas, presencia de almidón y hierro), hallando importantes diferencias entre los varios fabricantes y los diferentes tipos de papeles producidos por cada empresa. Se ha subrayado especialmente que algunos papeles comerciales definidos "japoneses" están integrados por un elevado porcentaje de fibras occidentales procedentes de pasta de madera (pasta química), mezcladas con fibras típicamente orientales (Kozo, Gampi, Mitsumata). En algunos casos se ha detectado una refinación insuficiente, con la presencia de residuos esporádicos de lignina que, sin duda, no ayudan a una buena conservación del material.
En ausencia de lignina, la pasta de madera bien refinada puede cumplir con las Normas UNI e ISO, sin embargo el estado actual de la investigación científica no permite valorar si y, eventualmente, en qué medida, puede ser perjudicial a largo plazo. Hay que hacer un discurso diferente acerca de la presencia de hemicelulosa, un polímero similar a la celulosa, pero más corto y con "defectos" químicos a lo largo de la cadena, por la presencia de grupos ácidos (carboxilos) y acetilos. Las Normas UNI e ISO no contemplan una valoración del contenido en hemicelulosa, ausente en los linters de algodón y presente en el lino y en las fibras orientales, bast fibers utilizadas respectivamente en la manufactura de los antiguos papeles occidentales y orientales.
La misma pasta de madera moderna, aunque esté químicamente tratada para eliminar la lignina, contiene en general unas cantidades importantes de hemicelulosa. Teniendo en cuenta que desde hace por lo menos cincuenta años se está insistiendo en la estabilidad de los papeles de celulosa pura, podría parecer que los defectos químicos de la hemicelulosa contribuyan a disminuir la resistencia al envejecimiento natural de los papeles que la contienen. Sin embargo unas publicaciones recientes [3,4] sugieren que la hemicelulosa, de alguna forma, protege las zonas amorfas de las cadenas de celulosa, secuestrando la acidez y sacrificándose a si misma para salvaguardar las cadenas de celulosa, más largas y resistentes, en el interior de las fibras.
Las técnicas analíticas modernas, no destructivas o microdestructivas y, especialmente, la Espectroscopía Infrarroja en Transformada de Fourier (FTIR) [5] y la Gel Permeation Chromatography (GPC o SEC) [6] permiten identificar con bastante facilidad la presencia de esta sustancia. Especialmente la FTIR permite identificar también la presencia de Carbonato de Calcio (reserva alcalina) y de lignina, posibilitando así un estudio profundizado y no destructivo de las relaciones entre la presencia de estas sustancias y el actual estado de deterioro de documentos orientales envejecidos de forma natural, una rama de investigación actualmente poco explorada.
Podemos concluir afirmando, por lo tanto, que en el estado actual de la investigación científica no hay nada en contra del uso de papeles orientales comerciales para la restauración de los documentos, firme quedando, claramente, la ausencia de lignina y la presencia de carbonato de calcio.
La elección de un tipo especial de papel depende esencialmente de la sensibilidad y de la experiencia del restaurador en su valoración de las características físico-mecánicas que se adaptan mejor a los papeles o a los pergaminos a restaurar.
Paolo F. Calvini
Bibliografía
[1] Mario Ansalone, Anna Di Majo, Carlo Federici, Lucia Mita, La Connotazione dei Materiali Impiegati nel Restauro. Bollettino Istituto Centrale Patologia del Libro, 1986, Vol.40, pp. 7-40.
[2] Sue Beauman Murphy and Siegfried Rempel, A Study of the Quality of Japanese Papers Used in Conservation. The Book and Paper Group Annual, 1985, Vol.4, The American Institute for Conservation.
[3] [Helena Håkansson, Per Ahlgren and Ulf Germgård, The degree of disorder in hardwood kraft pulps studied by means of LODP. Cellulose, 2005, Vol.12, pp. 327–335.
[4] Catherine H. Stephens and Paul M. Whitmore, Comparison of the degradation behavior of cotton, linen, and kozo papers. Cellulose, 2013, Vol.20, pp. 1099–1108.
[5] Paolo Calvini, Andrea Gorassini, Rosanna Chiggiato, Fourier Transform Infrared Analysis of Some Japanese Papers. Restaurator, 2006, Vol.27, pp. 81-89;
[6] Arlene A. Silva and Murray L. Laver, Molecular weight characterization of wood pulp cellulose: Dissolution and size exclusion chromatographic analysis. TAPPI Journal, 1997, Vol.80, pp.173-180.